El poemario Cantos en la Bahía es una obra inédita de la Autora y contiene los siguiente poemas:
Careta / Pantalones / Faldas / Mi Niña i la Rosa / Palmera / Barco en la Lejanía / Viaje / Muerte Mínima / Poesía / Yo Soy / La Negra Bruna / Más Allá / Ves, Ya Paso / Palabra / Era un Pueblo / Un Barco / Luna / Quiero Volver / Verdad / Infancia / Carta / Libre / Arena / En un Álbum / Carta a un Poeta / Hambre / Nada Tengo / La Calle / Trotar / Azul i Negro / Yo la Siento / Entonces / Tu Risa / Espanta Pájaros / Perdóname Selene
Careta
¿Tengo cara de Poeta?
Perdóname, Señor:
si he resuelto
alguna vez
usar esta careta.
Pantalones
La criada de mi casa
usa pantalones.
!Quién lo hubiera
creído:
después de VEINTE SIGLOS
de rezos y sermones!
Faldas
Los hombres
-hay muchas excepciones-
usan faldas,
pelucas y carteras.
!Qué barbaridad!
¿Por qué ese absurdo
empeño
de pasar la frontera?
!Oh Dios:
¿perdiste la receta
o se alteró el producto?
Recoge esos Adanes
de faldas y carteras,
y también esas Evas,
que las dan por ser hombres
en formas y desmanes.
Amásalos de nuevo:
que sean macho y hembra
sin prestarse a relevo.
Mi Niña i la Rosa
Cabellera de luna
tiene mi niña,
cabellera de aroma
tiene la flor.
I la rosa y mi niña
son una cosa:
porque no sabré nunca,
si mi niña es la rosa
o la rosa es mi niña,
de tan leves y hermosas
que están siempre las dos.
Palmera
Palmera, palmera sola,
duermes de pie, vigilante,
y refrescas tu semblante
con la llovizna y la ola.
Barco en la Lejanía
La vela es una gaviota
que pica el azul del lago,
y es !admiración! remota
que se diluye de un trago.
Viaje
Voy de viaje en un camión,
!qué polvareda levanta!
pasa el muro y el zanjón,
mientras la mañana canta.
Es nuevo todo el paisaje,
y en romántico desvelo,
yo voy bebiéndome el cielo
en la solapa del traje.
Voy de viaje en un camión
a soñar en la alquería,
que la vida es un montón
de burbujas de alegría.
Muerte Mínima
!Era tan frágil:
con toda el alba
en su tallo,
y el rosicler de su frente,
trasunto acaso
de leve criatura!
Entre la espina
y el aroma:
la gracia
de su fina arquitectura.
Temblaba
entre la brisa,
y era seda y silencio
su sonrisa.
Pero una tarde
se murió !Dios mío!
la rosa que era amante
del alba y el rocío.
Mínima muerte
sobre mi corazón
fuerte y callado.
Muchas rosas se han muerto
desde entonces:
pero la rosa
que murió esa tarde,
!jamás yo la he olvidado,
jamás la olvidaré!
Poesía
He dado muchas veces
mi dulce poesía,
y ahora que madura
es miel de hipocresía
Yo no tengo la culpa:
La herida del camino,
Taimado tornó el paso
Y agua doy por vino.
Cuando brinde el racimo
dorado y refrescante,
prefirieron gozosos
las espinas punzantes.
Ahora les doy frutos
carcomidos de otoño;
y cubro la corteza
de matices dorados,
para hacerles creer
que de nuevo retoño.
Yo Soy
Yo soy un ser hambriento
de mares y de estrellas,
de pan y de caminos
que mitiguen el hambre
de mi pardo destino.
Yo soy un ser hambriento
de versos y panales;
hambriento de cristales
y gratas melodías,
que mitiguen la noche
de mi eterna agonía.
La Negra Bruna
La negra baila, baila en la noche,
mostrando todo con gran derroche.
La negra baila, baila de día,
Derrama llanto… melancolía…
Baila con luna, baila sin luna,
La negra loca, la negra Bruna.
Más Allá
Más allá de la
rosa,
esta ternura transmutada en
lumbre.
Más allá de la
rosa,
este perfume transmutado
en ala.
Más allá de la forma
y el sonido,
!el sueño, el sueño!
transmutado en
vida.
Ves, Ya paso
Ves, ya paso mi cansancio;
porque miré un jazmín
que ahogaba su blancura
en el silencio,
de la tarde
de abril.
Ves, ya paso la angustia
de mi pecho,
porque miré el ocaso
derramando colores y colores
sobre los campos ebrios de flores.
Ya ves,
la herida fue muy honda,
!muy honda!
pero ya la curó
el rumor de la fronda.
Palabra
Ternísima dulzura
la de aquella palabra,
que se perdió una tarde
en el verde tenaz
de la espesura.
Interrogo a las hojas,
al rocío, a la abeja,
pero nadie responde.
Sin embargo,
a veces yo la escucho,
a veces sé que ronda
como una vaga queja
muy dentro de mi alma.
Era un Pueblo
Era un pueblo sin nombre
donde te conocí.
En el pueblo había
un río,
un lucero en la tarde
y un pájaro cantor.
Un pueblo de recuerdos
donde la gente iba,
a curarse en silencio
los males del amor.
Yo iba alegre,
sin penas ni destino,
simplemente a bañarme
en las aguas serenas
del río de cristal.
Pero miré tu imagen
reflejada en el agua,
y desde entonces
todos,
mis sueños fueron penas,
y desde entonces triste
por siempre me quedé.
Un Barco
Quiero pintar
un barco,
blanco… blanco…
que recoja toda
la sangre negra
que manchó
mi Lago.
La sangre negra
que manchó consciencias,
y que esta
cubriendo
el mundo
de armas,
de sangre roja
y negra muerte.
Quiero pintar
un barco,
inmenso y vivo
que cargue
con la muerte.
Luna
Cuelga la luna
de un cocotero.
Preñada del Lago
se avienta
y revienta
frente al Catatumbo,
que le tira
alegre:
pañales de lumbre.
Quiero Volver
Tanto leer y leer,
y no sé nada
de nada.
Los libros
y los hombres,
solo enseñan
de política
petróleo
y dinero.
Quiero volver
a mi cartilla,
cuando aún creía
que el cielo
era de miel,
y la luna un juguete
que al fin alcanzaría
si llegara a crecer
Quiero volver
a mi cartilla,
cuando aún no había
visto,
cuajarse una lágrima,
en los ojos serenos
de mi madre.
Verdad
!Dame la mano, mujer!
Quiero ayudarte
a conquistar
la Verdad.
Tu vida es hambre,
es llanto
y soledad.
!Dame la mano, mujer!
Quiero ayudarte
a conquistar
otro horizonte.
Tu horizonte es de piedra,
de sombra
y huracán.
Más, las piedras
también tiene música;
pero a los pobres
nos engañan
con la música
de un caracol.
Dame la mano
para ayudarte
a forjar otro horizonte:
otro horizonte de verdad.
Infancia
!Quién pudiera
regresar a la infancia!
Creer en todo,
jugar con el lodo.
Quién pudiera
regresar a la infancia:
mirar la luna,
saber que es una
y !nada más!
Quién pudiera
regresar a la infancia:
tener un barco
de papel,
y ver que se aleja
sobre las ondas…
para !jamás volver!
Carta
Te escribo esta carta
para pedirte paz:
la paz de un beso,
la paz de un camino,
la paz de un barco,
navegando siempre
sin destino,
en alta mar.
Libre
!Soy libre!
No tengo nada más que:
un caballo,
un árbol
y una estrella.
Caballo de viento,
cabalgo y cabalgo,
apenas lo siento.
Árbol de ensueño,
lanza a los hambrientos,
tus sonoros frutos
dulces y pequeños.
I la estrella,
¿se apagó la estrella?
Lloro.
!Soy nada sin ella!
Arena
Eso es todo lo que he sido
en esta vida:
un puñado de arena
tirado a los vientos.
!Mis sueños de arena!
Unos granos aquí,
otros más allá.
Arena en la tierra,
arena en el viento.
!Oh, mis sueños, mis sueños,
cómo van mis sueños
rodando en el mundo
y nadie los ve.
En un Álbum
Toma esta canción
de pájaros,
para tu álbum de
luna.
Soñando sueños, !despierto!
bajo el cielo de tu huerto.
Ofrenda de aroma
y luna
para tu álbum de espuma.
¿Qué más te diré?, pequeña,
!Ah! te pido que siempre olvides los males que da la vida.
Carta a un Poeta
Poeta amigo:
Estoy leyendo
tu libro.
Es una concha
marina,
cantando en la arena
fina.
Es un pájaro que
vuela,
y en la cumbre
se desvela.
Tu libro
fue mi alegría,
en una hora vacía.
Volveré a leerlo, amigo,
porque es bueno,
te lo digo
con la frase más
sincera,
que me dio
la primavera.
Hambre
Escuché tantas
veces:
!tengo hambre!
a los niños del barrio,
a los niños sin padre,
que viven al azar.
Los niños sin juguetes
ni destino,
que tomaron tal vez
cualquier camino.
Quizás ya serán hombres,
arañando la sombra
del algún presidio insano,
porque una noche de hambre
alargaron la mano
para robarse un pan.
Nada Tengo
Ponme algo en las manos:
una limosna, un verso, una sonrisa.
Ponme algo en las manos:
una lágrima, una flor,
o una pequeña luz multicolor.
Nada tengo
en estas manos tristes y dolientes.
!Manos que apenas saben
del peso de mi frente!
La Calle
Me trago la calle
de la media noche:
con sus borrachitos,
sus pillos errantes,
sus atracadores,
sus mujeres grifas
en los bares sucios
de licor y sombra.
Ventanas calladas
puertas silenciosas
que con ojos vagos
ven todas las cosas.
Me trago la calle
oscura y profunda,
y sobre los techos
la luna redonda.
Trotar
Quiero
en el caballo
de la sombra
trotar y trotar
Pasar los abismos,
todas las fronteras,
los mares, las selvas,
lagos y desiertos,
trotar y trotar.
Trotar por los mundos,
trotar por los cielos,
trotar sin descanso
trotar y trotar.
Azul i Negro
Amo ese azul
que se durmió en tus
ojos.
I el sueño azul
que nunca realicé.
Amo el azul de cielo
que en desvelo,
mirándolo y mirándolo
y… !de tan azul se fue!
Todo se volvió negro:
tus ojos en la tumba.
El sueño: abismo cruel.
I el cielo tan azul:
!una noche sin fin!
Yo la siento
¿Por qué es salobre
el mar?
Más,
no importa,
yo tengo una vena
de agua dulce,
que fluye
de mi propio corazón.
Cuando mi madre habla,
yo la siento.
Cuando cantan
los pájaros,
yo la siento.
Cuando despiertan
las rosas,
yo la siento.
Cuando cae una
estrella,
yo la siento.
Cuando ríe un niño,
yo la siento.
Cuando despierta
el amor
yo la siento
y sé que se desborda
de mi pecho.
Entonces
Entonces,
yo caminaba por las calles
de mi ciudad,
con las patitas tuertas
de querubín goloso.
I llegaban los barcos
con montañas de plátanos
sedosos;
yo miraba
desde el malecón
ruidoso y alegre,
colgando como un fruto
de la mano segura
de mi madre.
I llegaban los barcos
con montañas relucientes
de naranjas fragantes.
Entonces,
el puerto era una fiesta
de colores.
I los chicos del barrio
comían y eran felices,
y los grandes vivían
satisfechos;
pero ahora,
no hay barcos, ni naranjas,
ni plátanos, ni nada.
En camiones muy grandes,
se llevan los frutos
por otros caminos
y a otros lugares.
Yo no sé qué comerán ahora,
los chicos
que hoy son tan pobres
como antes lo era yo.
Tu Risa
Quisiera ser
un barco,
para llevar
a todos los puertos
tu risa de almendra
y fino cristal
En cada puerto
un copo alegre
yo dejaré.
I así,
llenaré el mundo
de campanas y campanas,
que suenen y suenen
cual fino cristal.
!Que alegre
tu risa,
yo llenare el mundo
con tu alegre
risa!
Espanta Pájaros
Soy un espanta pájaros
que cuida tu heredad
con amor y bondad.
Al soplo de los vientos
muevo mis brazos muertos;
y asustados a los pájaros,
huyen cuando advierten
mis señales inciertas.
Cuidaré tu mirada
sembrada en el camino,
tus ensueños de miel
y la raíz de tus ansias
floreciendo quimeras.
Cuidaré tu silencio
de cien olvidos tristes,
y el perfume incesante
de tantas primaveras.
!dulce huerto divino:
escancio tristemente
la ausencia de tu vino!
Cuántos frutos jugosos
sazonaron su pulpa
bajo este sol radioso:
llama,
piel,
y dulzura,
quizás para otras bocas
sedientas de ternura.
Mientras yo:
cual tétrica figura
seguiré en tu plantío,
hasta que caigan todos
los frutos del estío.
¿Seguiré para siempre?
Quizás, hasta que un día,
el vendaval siniestro
arranque mi ropaje,
y entonces,
quedaré lo que soy:
un poco de basura,
una pequeña cosa,
un nombre,
una migaja,
sin alma ni coraje
temblando en el paisaje.
Perdóname Selene
¿Tengo alma de Poeta?
Perdóname, Selene,
!oh, gran Señora Mía!
tú que inspiraste a tantos
palurdos en la tierra:
perdóname,
sí jamás antes de ahora
yo escribí poesía.
¿Me inspiraste una noche
de sortílego empeño,
o sembraste en mi frente
un mentiroso sueño?
Soné que era un Poeta
de transparentes alas,
y escribí este libro
desprovisto de galas.
¿Fue un sueño o realidad?
!Perdóname, Selene,
este es el fruto y tiene
la oscura claridad
de una noche sin sueño!
¿Soy un Poeta?
!Oh, pobre humanidad,
que jamás sabrá nunca
dónde está la verdad!